DELEGAR: Cuando la mochila pesa menos se llega más lejos
Cuando eres líder de un equipo, empresa o cualquier tipo de organización, eres quién sabe, más que nadie, todo lo que se tiene qué hacer. En este momento, es cuando uno se carga a la espalda una mochila inmensa llamada “tareas pendientes” y empieza a subir la montaña, ya que le han dicho que, en la cima hallará el éxito.
Al principio crees que tú puedes con todo, pero a medida que vas
subiendo te das cuenta qué o te desprendes de algo o tardarás mucho más o
directamente nunca llegarás.
Está claro que para el bienestar de la empresa y
de uno
mismo, uno debe aprender a delegar y dar responsabilidades,
funciones o poderes a otros miembros del equipo para que lo ejecuten por
él.
Pese a que nadie disfruta con el acceso
de trabajo y delegar no
es un concepto innovador, ¿por qué no lo hacemos? El problema radica en la
falta de confianza en los demás y uno mismo
.Por un lado, la falta de confianza con uno mismo se debe al miedo a volvernos imprescindibles. Es miedo a que la
persona a la que le delegamos la tarea lo haga mejor que nosotros y
perdamos la valía.
Por otro, nos falta
confiar más en los demás y en su trabajo. Hay veces en las que uno no
delega una tarea por que cree que sólo él es capaz de hacer las coses bien, y
esto es una creencia
limítate ya que se puede seguir distintos caminos para terminar en un
mismo punto: en el de una tarea bien realizada. Debemos comprender que todas
las personas somos diferentes y
tenemos un “modus operandis” distinto, pero uno no es mejor que el otro cuando
se alcanzan los
resultados esperados.
A mí, personalmente siempre me había costado delegar,
pero, con el tiempo, he visto que delegando ciertas funciones me puedo centrar
más en la toma de
decisiones y en la realización funciones
directivas. El equipo también
se siente cómodo viendo que confío en ellos para llevar a cabo ciertas acciones. Además,
para mí también ha sido importante aprender a delegar ya
que me permite entender cómo
se sienten mis clientes cada vez que dejan en mis manos algo tan
importante cómo su imagen corporativa.
Jacqueline C. Ruiz
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